Después de un accidente de coche, puede que pienses que has salido ileso, salvo por el golpe en la cabeza. Al menos no te has roto un brazo o una pierna, ¿verdad? Aunque siempre es una buena política practicar la gratitud, no celebres demasiado antes de tiempo.
Si has sufrido un golpe en la cabeza, es posible que tengas una lesión cerebral, aunque no sientas los síntomas inmediatamente. Las lesiones cerebrales son muy variadas y pueden afectarte desde una noche de copas especialmente intensa hasta dejarte en coma o matarte directamente.
Con las lesiones cerebrales moderadas y graves, los síntomas suelen ser bastante pronunciados, por lo que es poco probable que pueda sufrir una y no saberlo. Sin embargo, con las lesiones que se califican como lesiones cerebrales traumáticas leves (TBI), es posible que no te des cuenta de que tienes una lesión grave hasta que los síntomas empiecen a acumularse.
Terminología engañosa
A pesar del desarmante "leve" de su nombre, una LCT leve es a menudo una lesión muy grave. Dado que se refiere a una serie de lesiones, una LCT leve podría significar que simplemente olvida algunas palabras con frecuencia, pero también podría significar que sufre diversos síntomas físicos que pueden confluir para arruinar verdaderamente su vida personal y profesional si no busca el tratamiento adecuado.
Si usted cree que puede tener una LCT leve y aún no ha buscado atención médica profesional después de un accidente de coche, debe hacerlo tan pronto como sea posible. En caso de que su médico encuentre una TBI leve, puede consultar con un abogado sobre las estrategias para obtener una compensación justa por la lesión y cualquier pérdida asociada.
Los síntomas son muchos
Dado que el cerebro actúa como centro de mando de todo el cuerpo, una lesión cerebral es similar a entrar en el sistema operativo del ordenador y borrar archivos al azar. Puede que después no notes grandes cambios, o que todo tu ordenador se detenga por completo.
Algunos de los síntomas físicos más evidentes pueden ser la aparición repentina de convulsiones, que suele ser un signo muy claro de daño cerebral. También puede experimentar otras variaciones del dolor de cabeza, como cefaleas que duran mucho más de lo normal o persisten indefinidamente. También puede experimentar episodios regulares de náuseas.
Sin embargo, algunos de los posibles síntomas más destructivos son los que afectan a sus funciones cognitivas y a su personalidad.
Caos interpersonal
Tras una LCT leve, es posible que pierda gran parte de su capacidad para concentrarse en tareas o comprender el lenguaje. Es posible que con frecuencia malinterprete lo que lee o a las personas cuando le hablan. También puede tener dificultades para hablar con claridad.
Además, muchas personas que sufren una LCT leve descubren que de repente están muy irritables, sobre todo cuando no pueden realizar tareas que solían completar con facilidad.
Una LCT leve también puede cambiar partes de su personalidad y, en general, dificultar mucho las relaciones con quienes le rodean. Para muchos afectados por una LCT leve, la experiencia amenaza con desmantelar su vida personal y profesional porque sus compañeros y familiares tienen dificultades para comprenderles o creer que su lesión es real.
Sea cual sea la forma que elija para tratar su lesión, asegúrese de actuar pronto. Una LCT leve puede durar hasta un año si no se trata, tiempo más que suficiente para causar daños irreparables en todos los ámbitos de su vida.
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