La mayoría de los estadounidenses optan por comprar coches usados cuando buscan su próximo vehículo. Dedican mucho esfuerzo e investigación a los coches que quieren comprar. Al fin y al cabo, un coche nuevo es una gran inversión. Algunos concesionarios pretenden eliminar parte del estrés de la investigación ofreciendo coches usados "certificados". Afirman que el coche está "como nuevo" y que el cliente no debería tener problemas con él. La certificación hace creer a los clientes que el coche que compran es seguro. En un informe reciente de ConnPIRG, se encontró que uno de cada nueve coches vendidos en AutoNation tiene una llamada a revisión.
Justin Landry, que trabaja para ConnPIRG dijo: "Auto Nation, CarMax, y concesionarios como éste están poniendo a los consumidores y clientes en peligro incluso antes de llegar a casa". El hecho de que afirmen que el coche está certificado da al cliente la impresión de que el coche ha sido reparado. Cuando la realidad es que el concesionario no ha realizado ningún trabajo en el coche. CarMax afirma que es lo más transparente posible en lo que respecta a las retiradas. Afirman que comparten toda la información con el cliente antes de que compre cualquiera de sus coches. Sin embargo, otros dicen que esto no es suficiente.
¿Qué se está haciendo al respecto?
Se está impulsando una nueva legislación que obligaría a los concesionarios a reparar los defectos antes de la venta de un coche. El hecho es que cuando una persona sale del concesionario sin conocer los problemas de su vehículo, se pone en peligro a sí misma y a los demás. Esta irresponsabilidad puede causar graves daños a los automovilistas. Por suerte, no tiene que depender del concesionario para que le informe de las llamadas a revisión. Si estás interesado en un coche, sólo tienes que visitar la página web de la National Highway Traffic Safety Board e introducir el número de bastidor del coche. A partir de ahí, podrás ver si el coche ha sido retirado del mercado.
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